Canadá. El submarino Titan desaparecido con cinco tripulantes a bordo se encuentra en una carrera contrarreloj por su supervivencia. A 111 años del hundimiento del Titanic, la historia parece repetirse, y esta vez las vidas en peligro son las de los exploradores sumergidos en las profundidades marinas.
Los restos del famoso Titanic yacen a una profundidad de 3,800 metros en el océano Atlántico, en el llamado Cañón del Titanic, a unos 640 kilómetros al sureste de Terranova, Canadá. Este icónico barco se encuentra partido en dos, con su proa y popa separadas por una distancia de 800 metros.
La presión a la que se somete el Titan a esta profundidad es abrumadora: alrededor de 38,396.34 kilopascales (Kpa), lo que equivale a aproximadamente 200 veces la presión de los neumáticos de un automóvil sedán convencional. Muy pocos submarinos en el mundo pueden resistir semejante presión sin sufrir daños graves.
Aunque Titan cuenta con varios mecanismos para reflotar hacia la superficie, ninguno de ellos parece haber funcionado en esta situación crítica. Posee cuatro propelas eléctricas controladas con un dispositivo de videojuegos Logitech, tanques de flotación que se llenan con aire y un lastre que puede ser soltado para provocar flotación positiva. Además, cuenta con sensores de presión que monitorean el estado del casco del submarino y emiten una alarma en caso de daño. Sin embargo, hasta el momento, ninguno de estos sistemas ha logrado el cometido de rescatar a los tripulantes.
Incluso si Titan lograra salir a la superficie por sus propios medios, sus cinco tripulantes continuarían atrapados debido a un diseño defectuoso de la escotilla, la cual sólo puede abrirse desde el exterior mediante 17 pernos manuales. Esta limitación añade un grado adicional de peligro e incertidumbre a la situación.
El interior del submarino tampoco es precisamente cómodo. A pesar de que un viaje de exploración en Titan tiene un costo de 250 mil dólares por pasajero (4 millones 500 mil pesos), no cuenta con asientos y los tripulantes viajan en condiciones similares a las de sardinas en lata. La movilidad es sumamente reducida, por lo que se recomienda dormir la mayor cantidad de tiempo posible en caso de un accidente.
Dormir durante la emergencia permite a los tripulantes consumir menos oxígeno, expulsar menos dióxido de carbono y minimizar el impacto psicológico. Sin embargo, con los tanques de oxígeno a bordo diseñados para durar 96 horas en condiciones normales, el tiempo se agota rápidamente.
La situación se vuelve cada vez más angustiante, ya que Titan tiene menos de 24 horas de oxígeno y las condiciones meteorológicas no son favorables. Los equipos de rescate y expertos en submarinos de todo el mundo se mantienen en alerta y trabajan sin descanso para encontrar una solución y traer de vuelta a los exploradores que se encuentran atrapados en las profundidades del océano.