Más de cien personas murieron en Suecia, en 24 horas, por COVID-19, según el recuento publicado el martes por la Agencia de Salud sueca.
La tasa de mortalidad, las cifras de contagios y decesos por la expansión del COVID-19 han ascendido considerablemente en este país, debido a las medidas preventivas que tomó el Gobierno de ese país basado en la confianza del sentido común de los ciudadanos.
Suecia, de 10.3 millones de habitantes, que ha adoptado medidas más flexibles para contener la progresión del virus, registra ahora 7,693 casos de infección y 591 fallecidos, una mortalidad mucho más alta que la que se observa en sus vecinos nórdicos.
En Suecia la población no está confinada como en otros países europeos para frenar la epidemia. La manera en la que este país está gestionando la crisis sanitaria, menos aguda que en la mayoría de los países europeos, genera críticas tanto a nivel nacional como internacional, pero el gobierno niega su supuesta pasividad.
Con las escuelas, cafeterías y restaurantes en funcionamiento, Suecia ha registrado más de 6,000 contagiados y más de 400 fallecidos por COVID-19, poniendo a los epidemiólogos del país un gran reto para contener la propagación del virus y evitar el colapso de los hospitales.
Actualmente, Finlandia cuenta con poco más de 1,900 contagiados y ocho muertos, Dinamarca con más de 4,000 casos confirmados y 161 fallecidos, mientras que Noruega registró más de 5,000 infectados y 58 decesos, según datos de la Universidad estadounidense Johns Hopkins.