Querétaro. En el séptimo domingo del Tiempo Ordinario, la Diócesis de Querétaro comparte el mensaje del Evangelio según San Lucas (6, 27-38), en el que Jesús invita a sus discípulos a vivir el amor y la misericordia sin límites, incluso hacia los enemigos.
Con palabras llenas de compasión y sabiduría, Jesús exhorta: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman”. Este llamado al amor incondicional desafía los esquemas humanos y se convierte en la base de la vida cristiana.
La enseñanza de Cristo va más allá de la justicia convencional, pues invita a sus seguidores a ofrecer la otra mejilla y a dar sin esperar recompensa. “Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes”, recalca el Señor, marcando el camino hacia una sociedad basada en la compasión y el perdón.
En un mundo donde el rencor y la división pueden prevalecer, este pasaje evangélico recuerda que el verdadero discípulo no busca retribución, sino que imita la bondad del Padre Celestial. Jesús nos anima a ser misericordiosos, a no juzgar ni condenar, sino a perdonar y dar con generosidad. “Porque con la misma medida con que midan, serán medidos”, concluye el Evangelio, llamando a cada creyente a examinar su propio corazón y a vivir con amor auténtico.
La reflexión de este domingo invita a todos a preguntarse: ¿Cómo podemos reflejar la misericordia de Dios en nuestra vida diaria?