Madrid, España. En las elecciones celebradas el pasado 28 de mayo, el partido de izquierda Podemos experimentó un significativo descalabro, poniendo en evidencia su fracaso en casi todas las comunidades autónomas y municipios clave. La formación, que ha dejado de ser la pieza clave en las coaliciones de izquierda gobernantes en territorios como la Comunidad Valenciana, Aragón o Baleares, ha visto mermada su influencia, excepto en Navarra.
Podemos se quedó fuera de varios parlamentos autonómicos importantes, como el de la Comunidad Valenciana, donde perdió ocho diputados, y el de Madrid, donde no logró obtener representación. Además, tampoco consiguió presencia en el Ayuntamiento de Madrid por una diferencia mínima y quedó excluido del consistorio de Valencia. Las marcas políticas respaldadas por Podemos, como Zaragoza en Común, Con Andalucía en Sevilla y Barcelona en Comú, también sufrieron un deterioro en sus resultados, destacando el tercer puesto de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, quien enfrentaba una reelección casi imposible.
El partido aspiraba a obtener buenos resultados no sólo para mantener gobiernos autonómicos y municipales clave, sino también para negociar con Yolanda Díaz una candidatura conjunta en las elecciones generales. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados, y las formaciones que apoyan a la vicepresidenta en su plataforma Sumar, como Más Madrid o Compromís, también experimentaron una caída aunque menos pronunciada.
El golpe más duro para Podemos se produjo en la Comunidad Valenciana, donde formaba parte del Gobierno del Botànic y perdió sus ocho diputados. En Madrid, donde en las elecciones de 2021, lideradas por Pablo Iglesias, obtuvo diez diputados, el partido se quedó fuera de la Asamblea por una diferencia mínima. Esta comunidad es de gran importancia simbólica para la formación, ya que nació allí y fue donde lanzó la candidatura de Iglesias para evitar su desaparición en los comicios de hace dos años.
En algunas comunidades clave, el desplome de Podemos fue el factor determinante en la pérdida de apoyo a los bloques de izquierda gobernantes. En Baleares, por ejemplo, cinco de los seis diputados que perdió el tripartito corresponden a Podemos. La líder socialista, Francina Armengol, cuestionó veladamente el papel de sus socios, resaltando que el PSIB mantuvo su representación con sólo un diputado menos, y dejó en claro que cada partido deberá asumir sus responsabilidades. Asimismo, en la Comunidad Valenciana, la principal caída del tripartito se debió a Podemos, que perdió ocho diputados, mientras que Compromís obtuvo dos menos y el PSOE aumentó en cuatro.
El fracaso electoral de Podemos, el partido con tintes comunistas, en estas elecciones dejó en evidencia una pérdida significativa de apoyo en varias comunidades autónomas y municipios clave. La formación se enfrenta ahora a la tarea de analizar los resultados y replantear su estrategia para recuperar la confianza de los votantes en futuros procesos electorales.