No tiene brazos ni patas, pero sí puede moverse y puede duplicar su tamaño en un solo día; si es cortado por la mitad, tiene la capacidad de sanar en dos minutos. No tiene boca ni estómago ni ojos, pero sí puede detectar alimento y digerirlo.
Es un organismo que no tiene cerebro, pero es capaz de aprender y transmitir su conocimiento a otros. Los científicos han determinado que no es una planta, ni un animal ni un hongo, pero su comportamiento es una mezcla de estos dos últimos. No hay machos y hembras, cada uno tiene 720 sexos diferentes.
Es el physarum polycephalum, que literalmente quiere decir “moho de muchas cabezas”, al cual se le ha nombrado “blob” y es exhibido en el Parque Zoológico de París, Francia. El director del Zoológico de París, Bruno David, expresa:
El blob es realmente una de las cosas más extraordinarias que viven en la Tierra hoy en día… es uno de los misterios de la naturaleza. Ha estado aquí durante millones de años, y todavía no se sabe muy bien lo que es. No se sabe muy bien si se trata de un animal, si se trata de un hongo o si es algo entre los dos”.
Su aspecto se asemeja a una esponja resbaladiza y generalmente es de color amarillo, pero también hay variedades en rosa, blanco y rojo. Se compone de una sola célula, a veces con muchos núcleos que pueden replicar su ADN y dividirse. Se encuentra frecuentemente en sitios donde hay descomposición de hojas y troncos de árboles, sitios que son frescos y húmedos.
Una de las características del “blob” que más fascina a los científicos es su capacidad de raciocinio; el director del Zoológico de París dice que:
Es capaz de memorizar, es capaz de adaptar su comportamiento, es capaz de resolver problemas, de moverse alrededor de un laberinto, de buscar soluciones de optimización, de comportarse un poco como un animal».
Uno de sus mecanismos de defensa, cuando se ve amenazado, es que entra en un estado de hibernación y se “seca”. Este modo vegetativo es “cercano a lo inmortal”, comenta el especialista en el blob Audrey Dussutour, del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia:
Incluso se puede poner en el microondas durante unos minutos y con unas gotas de agua, voilà!, el blob vuelve a la vida, buscando alimentarse y procrear”.
[Con información de BBC]