Michoacán. Ubicado a orillas del majestuoso lago de Pátzcuaro, en Michoacán, México, Tzintzuntzan fue la capital del poderoso Imperio Purépecha, una civilización que alcanzó un notable desarrollo político, militar y económico en Mesoamérica.
Un legado arquitectónico imponente
Uno de los principales atractivos de este sitio es la zona arqueológica donde destacan las Yácatas, cinco templos de base circular construidos sobre una gran plataforma. Estas estructuras sirvieron como centros religiosos y ceremoniales dedicados a sus dioses.
A diferencia de otros pueblos mesoamericanos, los purépechas lograron resistir la expansión del Imperio Mexica gracias a su organización militar y su avanzada metalurgia, con la que fabricaban armas de cobre, oro y obsidiana. Su economía se basaba en una extensa red comercial que conectaba el Pacífico con el Altiplano Central.
Un pueblo en armonía con la naturaleza
El nombre Tzintzuntzan significa “lugar de colibríes”, reflejando la estrecha relación de los purépechas con su entorno. El lago de Pátzcuaro no sólo les proporcionaba recursos, sino que también tenía un profundo significado espiritual.
El encuentro con los españoles y la resistencia
En 1522, el gobernante purépecha, Tangáxoan II, decidió rendirse pacíficamente ante los españoles para evitar la destrucción de su pueblo. Sin embargo, años después fue ejecutado por Nuño de Guzmán, lo que marcó el fin del imperio.
Hoy, Tzintzuntzan es un importante destino turístico donde los visitantes pueden recorrer su zona arqueológica, conocer su historia y disfrutar de sus tradiciones vivas. Cada Día de Muertos, el pueblo se llena de luz y color, con altares decorados y cementerios iluminados con velas y flores, en una de las celebraciones más conmovedoras de México.