Lisboa, Portugal. Ante un millón y medio de jóvenes procedentes de todo el mundo, el papa Francisco presidió la misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa, Portugal, enviando un poderoso mensaje de esperanza y aliento a la nueva generación. En el inmenso Parque Tejo, el líder de la Iglesia Católica exhortó a los jóvenes a no temer y a convertirse en la luz que ilumine nuestro tiempo.
«No tengan miedo», resonó la voz del papa, recordando las palabras pronunciadas por San Juan Pablo II hace 45 años en una Jornada Mundial de la Juventud. Francisco enfatizó que los jóvenes son como la lluvia que cae sobre una tierra reseca por las adversidades del mundo. Son un «baño de luz» para los rincones oscuros del presente y el futuro, tanto en la Iglesia como en el mundo.
Desde la llegada del papamóvil, los jóvenes se congregaron alrededor de las vallas, ansiosos por saludar al pontífice en este último y emocionante acto de la JMJ. Miles de banderas ondeaban mientras la multitud esperaba escuchar las palabras del papa que apuntaban directamente al corazón de cada joven presente.
Francisco resumió la experiencia y el legado de Lisboa 2023 en tres verbos: «resplandecer, escuchar, no tener miedo». Inspirado en el Evangelio del día sobre la Transfiguración, el Papa recordó a los apóstoles bañados en luz en el Monte Tabor y explicó que esa luz es lo que necesitan los jóvenes para afrontar las oscuridades de la vida.
«Amigos, queridos jóvenes, necesitamos esa luz, un destello de esperanza para enfrentar las derrotas cotidianas con la resurrección de Jesús», expresó el papa.
Francisco destacó que el resplandor no proviene de buscar una imagen perfecta bajo los reflectores, sino de acoger a Jesús y aprender a amar como Él. «Ser luminosos es amar como Jesús lo hizo, llevar a cabo obras de amor hacia los demás y no caer en el egoísmo disfrazado de amor», advirtió.
El segundo verbo que el papa enfatizó fue «escuchar». Animó a los jóvenes a prestar atención a las palabras de Jesús en el Evangelio y permitir que sus corazones reciban esa guía amorosa. «Escúchenlo, todo secreto está ahí. Ten cuidado con los egoísmos disfrazados de amor», subrayó.
Finalmente, el tercer verbo, «no temer», fue un mensaje poderoso para todos aquellos que desean cambiar el mundo y luchar por la justicia y la paz. Francisco recordó cómo Jesús tranquilizó a sus discípulos en el Tabor y, ahora, dirigía esas palabras a los jóvenes: «A ustedes, jóvenes, que son el presente y el futuro; a ustedes, que la Iglesia y el mundo necesitan como la tierra necesita la lluvia, Jesús hoy les dice: ‘No tengan miedo’«.
La misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa concluyó con aplausos y un profundo sentido de unidad entre los jóvenes presentes, quienes llevarán consigo las palabras inspiradoras del papa Francisco mientras regresan a sus vidas cotidianas con una renovada determinación de ser la luz que el mundo necesita.
La Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa 2023 deja un impacto duradero en los corazones de los jóvenes, recordándoles que, a pesar de los desafíos que puedan encontrar, tienen el potencial de ser una fuerza positiva y transformadora en la Iglesia y en la sociedad en su conjunto.