Municipio de Querétaro. La ciudad de Santiago de Querétaro conmemora el 492 aniversario de su fundación, celebrando casi cinco siglos de historia, cultura y tradiciones arraigadas en el corazón de México. Desde su nacimiento en 1531, la ciudad ha sido testigo de importantes acontecimientos que han marcado su desarrollo y la han convertido en un importante centro urbano y cultural.
Santiago de Querétaro, ubicada en el corazón del país, es una joya histórica con una rica herencia colonial que data desde la época de la conquista. La fundación de este centro urbano marcó el inicio de un proceso de agrupación de los indígenas en nuevos asentamientos, dando origen a los emblemáticos barrios de La Cruz y San Francisquito. Con el paso del tiempo, la ciudad fue testigo del surgimiento de monumentos y edificaciones que hoy en día constituyen un testimonio vivo de su pasado.
El 25 de julio de 1531, Fernando de Tapia, el conquistador, y los caciques indígenas acordaron realizar un combate simbólico para dirimir sus diferencias. Sin embargo, el encuentro no llegó a su fin debido a un inusual fenómeno: al caer la tarde, el cielo se nubló y una gran cruz apareció en las alturas, atemorizando a los indígenas y suspendiendo la contienda. Este acontecimiento tuvo un impacto significativo en la historia de Querétaro y su recuerdo ha sido preservado a través de las crónicas de aquel tiempo.
Desde su fundación, la ciudad experimentó un crecimiento constante y durante el siglo XVII alcanzó el estatus de la tercera localidad más importante de la Nueva España, gracias a su próspera economía. En aquellos tiempos, personajes como el virrey don Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros, y don Francisco Fernández de la Cueva, duque de Albuquerque, jugaron un papel fundamental en el desarrollo y consolidación de Querétaro.
La arquitectura colonial es uno de los mayores tesoros de la ciudad. Desde su trazado en forma de ajedrez, descrito en la «Relación de Querétaro» de 1582, hasta las múltiples y variadas edificaciones que perduran hasta nuestros días, cada rincón cuenta una parte de la historia. Algunos de los monumentos más destacados incluyen la capilla del Calvarito, donde se ofició la primera misa en 1531, y la iglesia y convento de la Cruz, que según la tradición, albergó las armas de los combatientes previo al combate simbólico.
El centro histórico de Santiago de Querétaro alberga numerosos ejemplos de arquitectura colonial, como el exconvento de San Francisco, ahora sede del Museo Regional, el templo de la Congregación de Guadalupe, el templo y exconvento de monjas de Santa Clara, y el templo de Santiago, que en el pasado perteneció a los jesuitas. Todos estos edificios, levantados durante los siglos XVI y XVII, son ejemplos excepcionales de la maestría arquitectónica de la época colonial.
El siglo XVIII también dejó su huella en Querétaro, con construcciones como el exconvento de Capuchinas y el Palacio de Gobierno, que fue residencia del corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez, y su esposa Josefa Ortiz de Domínguez.
Pero el mayor tesoro arquitectónico de Querétaro es, sin duda, el majestuoso templo de Santa Rosa de Viterbo, que destaca por su concepción arquitectónica y la hermosa decoración de su interior, representativa del esplendor del período barroco.
Así, Santiago de Querétaro es mucho más que una ciudad moderna y pujante, es un viaje en el tiempo a través de sus calles adoquinadas, casas de cantera rosa y monumentos coloniales, que narran la historia de una ciudad con un legado invaluable. La conservación y aprecio por su patrimonio cultural son fundamentales para seguir siendo un destino turístico y cultural de relevancia en México y el mundo.
En el 492 aniversario de la fundación de la capital del estado de Querétaro, es innegable el valor incalculable de su historia y arquitectura colonial que se preserva en cada calle empedrada y cada majestuoso monumento. La confluencia de personajes destacados, la bonanza económica y la conservación de su patrimonio cultural, hacen de Santiago de Querétaro un tesoro histórico y cultural que se enorgullece de su pasado y mira hacia el futuro con la responsabilidad de preservar su legado para las futuras generaciones. Al celebrar este aniversario, los queretanos no sólo festejan su pasado, sino también reafirman su compromiso de seguir construyendo una ciudad vibrante, llena de vida y arraigada en sus raíces históricas.